Palaeohispanica 16 (2016), pp. 281-323.
I.S.S.N.: 1578-5386.
LOS ESGRAFIADOS SOBRE CERÁMICA DE SIGARRA
(ELS PRATS DE REI, BARCELONA)
Víctor Sabaté Vidal1
Àngels Pujol Camps
Natalia Salazar Ortiz2
1. INTRODUCCIÓN3
A principios de los años setenta, los sondeos llevados a cabo por un
grupo de aficionados locales en el subsuelo del municipio anoyense de Prats
de Rei sacaron a la luz una importante cantidad de material arqueológico
(uid. infra, § 2), entre el que cabe contar varias piezas de cerámica con signos ibéricos y otras marcas inscritas. En el opúsculo que daba cuenta de estas excavaciones arqueológicas (Castellà et al. 1986) se publicaron dibujos
de la mayoría de los esgrafiados (trece de quince), así como de los soportes,
pero el indudable interés que los autores tenían por la escritura ibérica no fue
suficiente: su limitado conocimiento del signario dio lugar a calcos algo
imprecisos, de modo que las primeras lecturas de los epígrafes, efectuadas
sin autopsia, fueron en algún caso erróneas. De los trece instrumenta inscripta dados a conocer entonces, J. Velaza incluyó cuatro, los de mayor entidad,
en su léxico de inscripciones ibéricas (Velaza 1991, n.os 30, 285, 495 y 545),
seguido en este particular por L. Silgo (Silgo 1994, 35, 125, 175 y 248).
El material fue retomado en 1991 por M.I. Panosa, quien estudió de
nuevo las siete piezas con más de un signo y volvió a editarlas (Panosa 1993,
210-214), esta vez según los estándares de la paleohispanística moderna,
————
1
Beneficiario del programa del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para la
Formación de Profesorado Universitario (FPU2014). El trabajo se inscribe dentro del proyecto
“Escritura, cultura y sociedad en el Conventus Scallabitanus” (FFI2015-68571-P) y del GRC
LITTERA de la Universitat de Barcelona (2014SGR63).
2
Grup de Recerca en Arqueologia, Prehistòria i Història Antiga ( GRAPHA) de la Universitat de Lleida.
3
Queremos agradecer a N. Rafel, J. Ferrer, I. Garcés y J. Principal sus valiosas sugerencias. El presente artículo se ha llevado a cabo dentro del proyecto “Origen i estructuració
del territori de Sigarra: de la Prehistòria a l’Època Medieval”, financiado por la Universidad
de Lleida (P14052) y por la Generalitat de Catalunya (2014/100750), cuya investigadora
principal es Natalia Salazar Ortiz.
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Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
acompañadas de una descripción del soporte y de un comentario epigráfico y
lingüístico bastante detallado. A raíz de este trabajo, J. Untermann recogió
las inscripciones de Prats de Rei en sus fichas para el suplemento de los
4
MLH, asignando al yacimiento el número 34 dentro de la zona epigráfica C
(que corresponde a la costa catalana comprendida entre los Pirineos y el
Ebro), si bien el municipio se encuentra indudablemente en el interior de
Cataluña (zona D). Por último, el léxico de N. Moncunill incorporó dos de
los tres epígrafes leídos por primera vez por Panosa y un tercero, presente ya
en el trabajo de Velaza, que había visto ligeramente modificada su lectura
(Moncunill 2007, 256, 292 y 294).
En el verano de 2013 y después de cuarenta años desde las últimas
intervenciones, la Universitat de Lleida (UdL), bajo la dirección del equipo
de investigación del que formamos parte, llevó a cabo una excavación arqueológica preventiva en el casco antiguo de la villa de Prats de Rei. Esta
intervención confirmó la existencia de un asentamiento ibérico fortificado de
entidad, al menos desde los siglos VI-V a.E., en el lugar que en época romana
imperial habría sido la sede del municipium de Sigarra (Salazar y Rafel
2015).
Aunque en el transcurso de la excavación apareció un único epígrafe
(y, además, de un solo signo), creemos importante hacer un nuevo estudio de
los esgrafiados del yacimiento y presentar una primera edición conjunta,
dentro de la revisión que se está realizando de todos los materiales recuperados en los sondeos de los años setenta, en el marco del proyecto científico
que desarrollamos desde la UdL y a la luz de la estratigrafía arqueológica
documentada en el verano de 2013.5 Los objetivos concretos de este trabajo
son, por un lado, volver a publicar las inscripciones ya reeditadas por Panosa, con una descripción actualizada de los soportes, nuevas propuestas de
lectura y análisis más exhaustivos de los paralelos epigráficos, y, por el otro,
editar adecuadamente los seis esgrafiados que no han sido antes retomados
del libro de Castellà et al. 1986 y dos que aún permanecen inéditos entre los
fondos del museo de Prats de Rei, amén del aparecido recientemente.
2. EL YACIMIENTO DE SIGARRA
A finales del siglo XVIII fue descubierto en la actual villa de Prats de
Rei (la Anoia, Barcelona) un relevante conjunto de inscripciones latinas de
época imperial, fechables entre la segunda mitad del siglo I y las postrimerías del III d.E., de entre las cuales dos daban testimonio directo de la existencia de un municipium romano en ese lugar:
————
4
MLH = Monumenta Linguarum Hispanicarum. La referencia a este suplemento se hace mediante un asterisco antepuesto a la sigla alfanumérica.
5
La autopsia de los epígrafes fue realizada en el Museu Municipal Josep Castellà dels
Prats de Rei los días 16/7/2014, 7/8/2014 y 4/5/2015.
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PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
4479 = IRC I 19: C(aio) Vibio / Luperco /3 IIII vir(o) / municipi(i)
/ Sigarrens(is) /6 C(aius) Vibius Latro / filius.
CIL II
IRC I 18: [Imp(eratori) · C[ae(sari) ·] [[M(arco) Aurelio / Val(erio) ·
Maximiano]] /3 P(io) · F(elici) · invicto · Aug(usto) · / p(ontifici) ·
max(imo) · trib(unicia) · p(otestate) · pater · / p(atriae) · proconsuli · / 6
ordo · Segarren/sis.
De inmediato y en base a la irrevocabilidad geográfica y topográfica de
este descubrimiento, los eruditos catalanes responsables del mismo concluyeron (Masdeu 1797, 300-303) que la *Sigarra romana de las inscripciones
latinas debía identificarse con la Σίγαρρα ibérica mencionada por Ptolomeo
en su Geografía (2.6.63). A pesar de ello, antes de la excavación arqueológica del año 2013, los indicios arqueológicos reales de que en Prats de Rei
hubo un asentamiento de origen ibérico que evolucionó hasta adquirir la
categoría de municipio romano eran superficiales y poco contrastados científicamente.
A una serie de notas de historia local (Vila 1900, 7-13) que apostaban
por el potencial arqueológico de la villa, se añadió, a lo largo del siglo XX y
hasta los años setenta, algún hallazgo disperso, casi siempre a raíz de reformas
urbanísticas en los alrededores de la iglesia parroquial de Santa María, que
insistía en apuntar la existencia de una ocupación ibero-romana del sitio. Sin
embargo, tendremos que esperar a los años 1972-75 para que aficionados locales lleven a cabo las primeras campañas de excavación en el núcleo de Prats de
Rei (Castellà et al. 1986). Se realizaron tres sondeos (fig. 3):
1. Cata A1, en el interior de la rectoría, derivada de las obras de instalación de la calefacción en la iglesia parroquial. Éstas se efectuaron sin control
arqueológico, por lo que no se pudo identificar ninguna estructura ni comprobar nivel de circulación alguno. Solamente se recuperó el material de la
terrera, que según los eruditos locales cabe situar entre el siglo III a.E. y el I
d.E.
2. Cata H, abierta al pie de la fachada este de la iglesia de la Mare de
Déu del Portal, en el sitio donde se encontraba una de las puertas de la muralla medieval, con el propósito de recuperar el perímetro de dicho elemento
defensivo. La excavación del sondeo permitió localizar distintas paredes de
hasta tres metros de potencia que conformaban un posible habitáculo.
3. Cata S, realizada en la “Plana d’en Solà” o “Camp de la Farinera”, al
sur del núcleo urbano. Su excavación permitió documentar distintas estructuras hasta los 4,30 m de profundidad, pero ni se agotó ni se atendió a la estratigrafía.
Así pues, los sondeos confirmaron la existencia de un asentamiento
antiguo, pero, por falta de exhaustividad en el método de registro arqueológico utilizado, tan sólo permitieron adivinar que el yacimiento tenía un gran
potencial, por la entidad de las estructuras y materiales recuperados; no se
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pudo discernir con claridad en aquel momento ni su origen ni las fases de su
evolución cronológica.
Más tarde, de las revisiones posteriores que se han efectuado de aquellos materiales arqueológicos,6 se desprende que la mayor parte de la cerámica
ibérica registrada no se fechó de acuerdo con los materiales de importación
predominantemente itálicos que la acompañaban. Una vez realizada esta
operación, los materiales cerámicos evidencian que una de las fases de ocupación del sitio data de entre finales del siglo II y principios del siglo I a.E.
Esta cronología tardorrepublicana de parte de los vestigios arqueológicos
excavados en Prats de Rei durante la década de 1970 se ha visto confirmada
también por la revisión del conjunto de monedas recuperadas entonces, que
se han situado en un momento avanzado del siglo II a.E. y se han relacionado
con la eclosión general de cecas que acuñaron numerario en bronce con leyendas ibéricas bajo la batuta romana (Villaronga 1982, 169-172; Pérez
2011).
2.1. La ceca ibérica de śikaŕa
Aun antes del descubrimiento en 2013 de la existencia de un potente
asentamiento ibérico desde al menos el siglo VI a.E. en Prats de Rei, en la
década de 1990 (Guerrero 1993) se dio a conocer el primer ejemplar de una
ceca ibérica que había acuñado moneda de patrón griego con la leyenda indígena śikaŕa (BDH Mon.114)7 entre finales del siglo III e inicios del II a.E.
Aunque las tres monedas localizadas hasta ahora —estudiadas en su conjunto por Ferrer et al. 2012— carecen de contexto arqueológico claro (todas
proceden de colecciones privadas), no pudiéndose dilucidar su lugar de
producción, se afirma que fueron localizadas dentro de los límites de la comarca catalana de la Segarra histórica, región no sólo de la que formó parte
antiguamente Prats de Rei, la Sigarra romana, sino también a la cual acabó
dando su nombre. La coincidencia onomástica de todos los topónimos enumerados (śikaŕa, *Sigarra, Segarra) es elocuente por sí sola, de manera que
la evidencia numismática de la ceca ibérica de śikaŕa está en consonancia
con los últimos hallazgos arqueológicos que han confirmado el origen ibérico, con anterioridad a la aculturación romana en la zona, de la Sigarra ya
anteriormente rememorada tanto por la epigrafía latina localizada en Prats de
Rei como por Ptolomeo en su Geografía (2.6.63).
————
6
Una primera revisión de la cerámica de barniz negro de Sigarra —sobre todo materiales de importación de origen itálico, aunque también hay algunas imitaciones— fue publicada
en Guitart, Pera y Grau 2000.
7
BDH = Banco de Datos de Lenguas Paleohispánicas HESPERIA (<http://hesperia.ucm.es/>).
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Fig. 1. Yacimientos con epigrafía ibérica de la Lacetania (mapa: N. Salazar).
2.2. Sigarra en la Lacetania
De acuerdo con los datos históricos y arqueológicos de que disponemos
a día de hoy, se considera a grandes rasgos que el territorio que corresponde
a la Depresión Central catalana fue ocupado por los iberos pertenecientes al
pueblo de los lacetanos. En base sobre todo a las fuentes históricas y habida
cuenta de la falta de indicios arqueológicos de peso hasta hace poco, los
estudios que postulan la existencia de la etnia lacetana han propuesto con
cierto grado de detalle que ésta habitaba las comarcas de la Cataluña central,
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Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
entre las tierras de la Segarra, el Solsonés, la Anoia y el Bages,8 delimitando
un área en la que Prats de Rei / Sigarra parece que tiende a ocupar una posición central.
Desde este punto de vista, los primeros resultados del análisis que el
equipo de investigación de la Universitat de Lleida está desarrollando también sobre la diacronía del territorio que, con toda probabilidad, administró
Sigarra en época romana, ponen de manifiesto que la ocupación de la zona y
la explotación de sus recursos se remonta como mínimo al Neolítico medio
(Salazar 2012). Desde el centro geográfico de dicho territorio, el yacimiento
ubicado en la villa de Prats de Rei domina una plataforma elevada, la meseta
de Calaf o dorsal segarrense, de entre 600-800 metros de altitud, orientada
de norte a sur y que atraviesa transversalmente la Depresión Central catalana. En este punto concreto de dicho sistema orográfico tienen su nacimiento
los principales afluentes de los ríos Segre y Llobregat, convirtiendo el lugar
en la frontera natural entre las cuencas hidrológicas de estos dos grandes ríos
catalanes y en un emplazamiento rico en recursos hídricos.
Estas peculiaridades geográficas propician la génesis en torno a Sigarra, durante la Prehistoria y la Antigüedad, de una encrucijada de vías de
paso ancestrales que une el interior de la Península y los Pirineos con los
litorales barcelonés y tarraconense (Soto y Carreras 2007) y que ha contribuido de forma decisiva a modelar las estructuras de poblamiento a lo largo
de la historia del territorio y a configurar, en el punto donde se localiza el
hábitat fortificado del Ibérico antiguo (uid. infra, § 2.3), un asentamiento de
gran potencial geoestratégico, tanto a nivel político como económico, y de
amplia cronología.
En concreto, el poblamiento ibérico constatado por la arqueología en el
área de Prats de Rei es, en el estado actual de nuestro conocimiento, modesto
y disperso y hasta el año 2013 no se sabía con certeza de la existencia de un
asentamiento con suficiente entidad como para ejercer un papel estructurador
del territorio en época ibérica. Sin embargo, dada la temática del presente
trabajo, cabe destacar dos asentamientos rurales del área de influencia de
Sigarra que han proporcionado epigrafía ibérica, ambos descubiertos durante
sendas excavaciones de urgencia motivadas por la construcción de la autovía
entre Lleida y Barcelona: La Joncosa (Jorba), donde se recuperó una jarrita
de cerámica gris con una inscripción ante coctionem de extraordinaria longitud y de función probablemente ritual (MLH *D.18.1 = BDH B.11.1),9 y Can
————
8
López 1986, 21; Fernández 1989, 46; Pérez 2010. Consideramos que éste no es el lugar para abordar el debate científico aún vigente en torno a la existencia o no de la etnia lacetana, supuestamente en base a la confusión en las fuentes antiguas entre lacetanos, layetanos y
jacetanos. Véanse por ejemplo las aportaciones más recientes al respecto, tanto en un sentido
como en el contrario, de Beltrán 2001, García 2003, 515-518, o Broch 2004, entre muchos
otros.
9
Panosa 2002 y Ferrer 2006.
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Rossó (Argençola), del que proceden cinco esgrafiados sobre cerámica con
un mismo nombre personal (NP) ibérico śaleitaŕtin (BDH B.9.1-5)10 (fig. 1).
2.3. El descubrimiento de la fortaleza y del poblado ibérico de Sigarra
Las excavaciones arqueológicas efectuadas en 2013 bajo la actual trama urbana del núcleo de Prats de Rei (Salazar y Rafel 2015; Salazar, Pàmies
y Moreno e.p.) pusieron por fin al descubierto parte de las estructuras de
fortificación pertenecientes a un hábitat del Ibérico antiguo (siglos VI-V a.E.)
de gran envergadura arquitectónica (fig. 2).
Los datos arqueológicos obtenidos hasta el momento permiten corroborar el perímetro original de una fortaleza del Ibérico antiguo que el análisis
arqueomorfológico del núcleo de Prats de Rei ya dejaba adivinar antes de las
excavaciones. El estudio regresivo de su topografía a partir de cartografía
antigua y fotografías aéreas apuntaba a la existencia de un primer asentamiento en una plataforma rocosa de perímetro ovalado y que se halla situada
en el extremo sur del casco urbano de la villa, justo en el punto más elevado
(607 metros de altitud), desde donde se domina la confluencia de dos torrentes, siendo uno de ellos (Torrent de l’Anoia) el que da nacimiento al río
Anoia, gran afluente del Llobregat. La situación topográfica del foso del
Ibérico antiguo ha confirmado el perímetro de este primer núcleo, que se
extendería ocupando toda la plataforma rocosa mencionada con un área de
unos 7.461 m2 (fig. 3).
A mediados del siglo IV a.E. el foso de este primer hábitat fortificado
pierde su función defensiva y es rellenado de manera intencionada para dar
paso a una importante fase de expansión urbanística extra muros en el Ibérico pleno que consiste, a grandes rasgos, en la construcción de una serie de
anillos aterrazados de casas colindantes, de planta rectangular y con dos
niveles de circulación (sótano y piso). De momento, el desarrollo incipiente
de las investigaciones que llevamos a cabo en Prats de Rei sólo nos permite
aventurar la extensión del poblado del Ibérico pleno, que será sin duda
śikaŕa en los soportes numismáticos.
Los trabajos arqueológicos del año 2013 también han confirmado en
varios puntos del núcleo la existencia de la potente fase cronológica romanorepublicana ya detectada en la década de 1970. De nuevo y en particular, la
magnitud arquitectónica de los vestigios registrados nos permite hablar de
monumentalización pública del enclave ibérico a la llegada de los romanos
al territorio. Dichos restos han aparecido amortizando e inutilizando los niveles arqueológicos del Ibérico pleno a partir de mediados del siglo II a.E. y,
entre ellos, cabe destacar la potente cimentación de un edificio que corta
incluso el foso del Ibérico antiguo, así como múltiples fragmentos de columnas de tipo itálico; algunos de estos fragmentos presentan módulos imponentes que deben asociarse sin duda a edificios de carácter público.
————
10
Ferrer 2012.
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Fig. 2. Vista de la escarpa defensiva del Ibérico antiguo desde el interior del foso de la fortaleza de Sigarra (foto: N. Salazar).
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Fig. 3. Situación de la muralla y del foso localizados en 2013 en relación con el perímetro de
la fortaleza del Ibérico antiguo y localización de los sondeos realizados en la década de 1970
sobre el ortofotomapa del núcleo de Prats de Rei (mapa: N. Salazar).
Las noticias de cronología posterior que tenemos del lugar, recordemos, es que en el siglo I d.E. a Sigarra ya le había sido otorgada la categoría
de municipium; además, de nuevo gracias a la epigrafía (IRC I 18), sabíamos
de la vitalidad del ordo Segarrensis en la transición del siglo III al IV d.E. La
continuidad de la relevancia político-administrativa de Sigarra durante la
Antigüedad tardía se ha visto confirmada, a su vez, mediante otro de los
relevantes descubrimientos de 2013: una necrópolis paleocristiana en la que
una de las tumbas apareció coronada de una lauda sepulcral paleocristiana en
mosaico con crismón (siglos IV-V d.E.) que ha venido a enriquecer el escaso
número de ejemplares conocidos en la Hispania tardo-antigua.
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Fig. 4. Borde de cálatos (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 5. Cuenco de barniz negro de Cales (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
3. CORPUS DE ESGRAFIADOS Y MARCAS SOBRE CERÁMICA
1. (Fig. 4) Ref.: MLH *C.34.1 = BDH B.12.1. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-H-4. Sigla antigua: H-642. Procede de la cata
H.
Soporte: Fragmento de borde y parte de la pared de un cálato de cerámica
común ibérica. La pieza presenta un diámetro interno de boca de 15,9 cm y
se conserva en 7,3 cm de altura.11 La pasta es de color beige oscuro, compacta, dura y con algunos poros; presenta minúsculos desgrasantes de color
blanco. No tiene decoración alguna. Se observan marcas de torno, y probablemente también de uso, en la parte superior del borde.
Cronología: Los cálatos empiezan a producirse durante el último cuarto del
siglo III a.E. y continúan en uso hasta el siglo I a.E. (Bonet y Mata 2008,
153).
Inscripción: Esgrafiado post coctionem en signario ibérico nororiental sobre
la parte superior del borde. Hay indicios de que las incisiones, un tanto irregulares, se practicaron hacia el interior del cálato, lo cual tiene enormes implicaciones en la lectura del epígrafe. La inscripción, con una longitud de 2,4
cm y compuesta por dos signos, está seguramente completa, aunque la rotura
de la pieza ha afectado al extremo superior del primero. La altura de los signos es de 2-2,2 cm.
Texto:
ata
tal Velaza; tar[---] Panosa, Moncunill; tal[---] Panosa.
Comentario paleográfico:12 Las lecturas propuestas por Velaza 1991, 119 y
Panosa 1993, 211 parten del hecho de que la inscripción está orientada hacia
el exterior, pero el ductus (uid. supra) revela que hay que leerla desde el
interior. Así pues, los signos no serían ta1 y r1 (o l1), sino a2-a (a5-a de
Rodríguez 2004, 116) y ta1. El primero ha sido trazado de manera deficiente
y su vástago vertical se prolonga excesivamente hacia abajo; la caja de escritura descarta a1-b (a1-b de Rodríguez 2004, 114).
Comentario léxico: El mismo texto se encuentra en sendas cerámicas campanienses del Turó dels Oriols (MLH *C.7.17 = BDH B.44.15, píxide), Calafell (BDH T.12.1,13 fondo de cuenco) y Sorba (MLH D.4.10 = BDH B.1.2,
pátera).14 Lo más plausible es interpretar estos esgrafiados como abreviaturas
————
11
Según Panosa 1993, 211, 6,4 cm.
En lo sucesivo seguiremos, a no ser que se indique lo contrario, la clasificación de los
signos efectuada por Untermann (MLH III.1, 246-247), que puede consultarse actualizada en
<http://hesperia.ucm.es/escrituras.php>.
13
Sanmartí y Santacana 2005, lám. 4 (sin numerar) entre las páginas 64-65.
14
Quizá también en un fragmento de cerámica gala gris de Ensérune (MLH B.1.263 =
BDH HER.2.263), si la inscripción estuviera completa por la izquierda (lo cual parece bastante
probable). En ḿi-ata (MLH B.7.14-15 = BDH AUD.5.14-15), el formante va precedido de la
12
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291
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
de propiedad, puesto que pueden ponerse en relación con el formante antroponímico ata(n) (MLH III.1 § 7.18; Rodríguez 2014, n.º 16), atestiguado sin
nasal en ata·bels (MLH A.6 = BDH Mon.6.15), ata·beŕ[---] (MLH B.9.11 =
BDH PYO.2.11), ata·beŕ-ai (MLH F.9.7,B-5) y ata·ko (MLH B.1.21 = BDH
15
HER.2.21), si no se trata de la adaptación de un NP aquitano Attacco (CIL
XIII 265). El elemento ata(n) concurre únicamente en primera posición en la
formación de NNPP, lo cual torna muy remota la posibilidad de que la inscripción sigarrense esté incompleta por el principio.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 3; Velaza 1991, 119 n.º 495;
Panosa 1993, 211-212 n.º 22.3; Panosa 1994, 6; Silgo 1994, 125; Panosa
1999, 300 n.º 57.3; Moncunill 2007, 294; Moncunill 2010, 119.
2. (Fig. 5) Ref.: MLH *C.34.2 = BDH B.12.3. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S-259. Sigla antigua: S-24. Procede de la
cata S.
Soporte: Cuenco de cerámica de barniz negro de Cales16 de la forma Lamb.
8a / F2566.17 Se trata de un cuenco cóncavo, de pared y borde rectilíneos y
con un pie anular moldurado. La pieza presenta un diámetro interno del borde de 11,7 cm; un diámetro interno de la base de 4,4 cm, y una altura de 4,55
cm. Presenta dos surcos incisos bajo el borde externo, como es propio de
este tipo de cuenco. La pasta es de color beige claro y dura. El barniz es
negro mate y presenta cierta heterogeneidad en cuanto a la tonalidad. Se
observan en el anillo exterior del pie unas manchas amarronadas que podrían
corresponder a huellas dactilares. Tanto la parte exterior de la base como la
práctica totalidad del interior del pie no presentan barniz. El fondo interno de
la pieza está decorado con dos tramos de círculos concéntricos incisos dobles
que rodean tres círculos de ruedecilla.
————
partícula ḿi (para este morfo, véase MLH III.1 § 534; Ferrer 2006, 148-150; Moncunill 2007,
242-243). Por último, Ballester 2001, 256-257 (uid. asimismo Jordán 2003, 286-287; Olcoz,
Luján y Medrano 2007, 123; Ballester 2008, 206-207) lee ata+[---] en un fragmento de una
vasija pintada de fabricación indígena de Calahorra, pero son muy sugerentes los argumentos
de Simón 2013b a favor de interpretar el texto como una indicación metrológica latina:
p(ondera) XV[---].
15
Sobre la caída de nasal ante oclusiva, uid. Quintanilla 1998, 200-201.
16
Siguiendo la propuesta de Principal y Ribera 2013, empleamos el término “barniz negro de Cales” para referirnos a las piezas revisadas en el presente estudio que fueron fabricadas en los talleres de dicha ciudad, en detrimento del apelativo “campaniense B”, que ha
venido utilizándose en la bibliografía tanto para las producciones etruscas como para las
calenas. No obstante, mantenemos la denominación tradicional en el caso de los paralelos
epigráficos, pues sin una revisión directa del material no es posible precisar de qué producción se trata.
17
Para las piezas de barniz negro empleamos la clasificación tipológica de Lamboglia
1952 (Lamb.), seguida del tipo específico definido por Morel 1981 (al que se antepone, como
es habitual, una letra F que remite a “forma”).
292
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Cronología: El cuenco de la forma Lamb. 8a de producción calena se fabricó
entre mediados del siglo II a.E. y finales del tercer cuarto del siglo I a.E.
(Principal 2005, 55).
Inscripción: Esgrafiado post coctionem sobre la pared exterior del recipiente,
justo encima del arranque del pie. Las incisiones, bastante profundas, se
realizaron en dirección a éste, como confirman los defectos de escritura que
causó, en la parte inferior de los signos, el encontronazo del punzón con el
saliente de la base. La inscripción tiene una longitud de 1,2 cm y la altura de
sus dos signos oscila entre 0,8-1 cm.18
ḿba o VI 19
Texto:
taba o XI Cura, Panosa; bata o IX Panosa.
Comentario paleográfico: Si el sistema de escritura empleado fuera el semisilabario ibérico nororiental, los signos serían ḿ1 y ba1. El análisis del ductus permite descartar una lectura bal en sentido inverso.
Comentario léxico: En caso de tratarse de una inscripción ibérica, la secuencia contaría con un paralelo seguro en un borde de barniz negro de Ensérune
(MLH B.1.98 = BDH HER.2.98), siendo en ambos casos una abreviatura de
propiedad que remitiría al formante antroponímico ḿbaŕ (MLH III.1 § 7.137;
Rodríguez 2014, n.º 170). En su forma íntegra, este elemento nos aparece
como texto único en un cuenco de campaniense A de Can Feu (MLH *C.40.3
= BDH B.18.3), cuya paleografía recuerda sobremanera a la de la pieza de
Sigarra. Por otro lado, Untermann planteaba la posibilidad de leer ḿba en
dos cerámicas de barniz negro (seguramente áticas) del sur de Francia ( MLH
B.1.12 y B.9.13 = BDH HER.2.12 y PYO.2.13) y en una fusayola del Cabezo
de Alcalá (MLH E.1.442); sin embargo, para las primeras de Hoz 2011, 132133 ya contempla únicamente que sean marcas comerciales griegas, mientras
que en la última la lectura correcta también podría ser bal. Ocurre lo mismo
con sendas inscripciones sobre campaniense de Ca l’Estrada (BDH B.25.7),20
la Moleta del Remei (BDH T.13.2)21 y el Tossal de Sant Miquel (Bonet y
Mata 1989, 136 n.º CVII). Además, no es imposible que en estos cuatro casos
y en el de Sigarra tengamos un numeral (VI) o un esgrafiado latino Vi(---),
aunque el predominio aplastante de la epigrafía ibérica en los cinco yacimientos lo hace poco probable.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XVI, n.º 1; Cura 1993, 222; Panosa
1993, 212 n.º 22.4; Panosa 1999, 300 n.º 57.4; Moncunill 2007, 292.
————
18
19
20
21
De acuerdo con Panosa 1993, 212, 0,6-0,8 cm.
Agradecemos a Joan Ferrer sus sugerencias en torno a la lectura de este esgrafiado.
Ferrer 2013b, 167 y fig. 12.
Panosa 2015, 54-56 n.º 14.
PalHisp 16
293
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
Fig. 6. Plato de barniz negro de Cales (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 7. Plato de campaniense A (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
3. (Fig. 6) Ref.: MLH *C.34.3 = BDH B.12.5. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S-271. Sigla antigua: S-114. Procede de la
cata S.
Soporte: Plato de cerámica de barniz negro de Cales de la forma Lamb. 5 /
F2257b1. Se trata de un plato de fondo plano, borde rectilíneo y pie anular
moldurado. La pieza presenta un diámetro interno del borde de 24,2 cm; un
diámetro interno de la base de 5,4 cm, y una altura de 3,7 cm. La pasta es de
color castaño claro, muy dura y calcárea. El barniz es negro mate y presenta
algunas iridiscencias grisáceas. En la parte central de la base, en la superior y
muy especialmente en la inferior, el barniz es de color marrón debido a fallos en la cocción. En la parte exterior del pie se observan zonas con poco
barniz que podrían corresponder a huellas dactilares. El plato presenta deco-
294
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
ración incisa a base de cuatro círculos concéntricos rodeando una franja de
estrías sobre el fondo interno.
Cronología: El plato de la forma Lamb. 5 de producción calena aparece entre el tercer y el último cuarto del siglo II a.E., y se fabrica hasta finales del I
a.E. (Principal 2005, 53-54). El alógrafo empleado del signo be concuerda
con esta cronología, pues Rodríguez 2004, 114, lo fecha a partir del 150/125
a.E.
Inscripción: Esgrafiado post coctionem sobre la pared exterior de la pátera,
cerca del pie, compuesto por dos signos ibéricos nororientales y orientado
hacia el exterior. Los trazos son profundos y por lo general bastante rectos.
La mitad izquierda del primer signo ha sido afectada por un desprendimiento
del barniz, producido o bien durante la realización de las incisiones o bien
por el correr del tiempo. La longitud de la inscripción es de 2,2 cm; la altura
de los signos, de 0,9 cm.
Texto:
ube
ube Velaza; ube Panosa.
Comentario paleográfico: Es probable que el primer signo sea u2 más que
u4, pues, a pesar de que el salto del barniz impide afirmar nada con rotundidad, no parece que el vástago vertical llegara a tocar el vértice. El segundo
signo es, sin lugar a dudas, be1 (be6 de Rodríguez 2004, 114).
Comentario léxico: Tal vez se trate de una inscripción de propiedad, pero no
coincide con ningún formante antroponímico conocido. Panosa 1993, 212,
con reservas, aduce ‘ube’ de un fragmento de tinaja de Azaila, lectura untermanniana del monograma realizado sobre la e inicial del otro texto de la
pieza: etaute[---] (MLH E.1.291); no obstante, el análisis detenido de los trazos que lo componen saca a la luz que, en realidad, el nexo parece contener la
misma secuencia que se desarrolla a continuación: ‘etaute’ (Valladolid
2002, 366-367). Por el contrario, ube sí se encuentra en un vaso campaniense de Botorrita (MLH K.1.16 = BDH Z.9.16) sobre cuya inscripción ya Untermann (MLH IV, 465) se planteó si era o no ibérica, aunque seguramente
por el paralelo ‘ube’ del esgrafiado del Cabezo de Alcalá; sea como fuere, el
epígrafe sigarrense constituiría un buen indicio para su inclusión en el corpus ibérico. Hay que mencionar, por último, la posibilidad de relacionar ube
con -ubeski, aislable en la secuencia iunstirubeski del tercer plomo de Monteró (BDH L.1.3,B.c-2)22 y segmentable quizás en -ubes-ki o -ube-s-ki, y con
[---]ŕanube+[---] de un esgrafiado sobre cerámica ibérica de Alarcos,23 a pesar del mutilado estado de la inscripción.
————
22
23
Camañes et al. 2010.
Carrasco y Velaza 2011, 227 n.º 1 = Fernández y Luján 2013, 65 n.º 31; nueva lectura.
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Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XV, n.º 3; Velaza 1991, 129 n.º 545;
Cura 1993, 222; Panosa 1993, 212-213 n.º 22.5; Silgo 1994, 248; Panosa
1999, 300 n.º 57.5; Rodríguez 2004, 114, 220, 228.
4. (Fig. 7) Ref.: MLH *C.34.4 = BDH B.12.2. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S-274. Sigla antigua: S-3. Procede de la
cata S.
Soporte: Plato de cerámica campaniense A de la forma Lamb. 5 / F2252. Se
trata de un plato con el borde ligeramente exvasado y el pie alto. La pieza
presenta un diámetro interno del borde de 26,2 cm; un diámetro interno de la
base de 7 cm, y una altura de 5,4 cm. La pasta es de color marrón-anaranjado
bastante oscuro, porosa y con partículas de mica muy pequeñas. El barniz es
de color negro, un tanto denso y poco brillante, y presenta algunas iridiscencias grisáceas distribuidas heterogéneamente, así como diversas manchas
marrones en el anillo exterior del pie. La mayor parte del barniz del borde de
la pieza ha desaparecido, probablemente debido a su desgaste. La pieza presenta decoración en el fondo interno a base de dos círculos concéntricos
incisos.
Cronología: El plato de la forma Lamb. 5 aparece a lo largo del segundo
cuarto del siglo II a.E. y perdura hasta el fin de la producción campana
(50/40 a.E.) (Vivar 2005, 29).
Inscripción: Esgrafiado post coctionem en signario ibérico nororiental sobre
la pared exterior de la pátera, cerca del pie y orientado hacia él. Las incisiones dejaron surcos profundos que levantaron por completo el barniz de la
pieza. La longitud de la inscripción es de 5 cm. Los tres signos que la componen tienen una altura muy dispar, con un descenso gradual de los 2,5 cm
del primero al 1,2 cm del último.
Texto:
itiḿ
itiḿ Panosa; itiḿ o itin Velaza.
Comentario paleográfico: El signo inicial, sin duda i, plantea no obstante
algunos problemas de clasificación. Consta de dos trazos principales, el segundo de los cuales empieza cerca del extremo superior del primero, y de
dos brazos añadidos en último término. Ladeando ligeramente la inscripción
en el sentido de las agujas del reloj podría parecer i8 o i2, según si consideramos o no la parte sobresaliente del primer trazo como un tercer brazo.
Ahora bien, lo más probable es que el signo haya sido trazado siguiendo la
misma caja que los otros dos, lo cual hace que el primer vástago y los brazos
sean verticales; de este modo, la forma con la que guarda mayor parecido es
i3. El signo que viene a continuación es ti1, en el que la tercera asta del tridente baja más allá del trazo horizontal y llega prácticamente a la línea de
escritura. El tercero es ḿ3.
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Comentario léxico: El hallazgo reciente, en el yacimiento de La Cabañeta, de
un cuenco de campaniense B con esgrafiado iḿ (Díaz y Mínguez 2011, 56
n.º 3) invita a proponer una segmentación it(i)-iḿ para la inscripción sigarrense, puesto que es el único paralelo claro con el que cuenta la parte final.
En cuanto a it(i), tal vez pueda ponerse en relación con itiatu (MLH
*B.7.38,A.I-8 = BDH AUD.5.38a,A-8, plomo), itigodesun (MLH *C.1.24,A-6
= BDH GI.10.11,A-6, plomo), itikereuteti (MLH F.9.7,B-1, plomo) y oiti
(MLH B.1.55 = BDH HER.2.55, esgrafiado sobre campaniense), secuencias
que sin embargo nos resultan bastante opacas a día de hoy, pues no se detecta en ellas ninguno de los elementos mínimamente conocidos de la lengua
ibérica.24 Orduña 2006, 278, 360 identifica un prefijo i- en itigodesun e
itikereuteti, lo cual dejaría el inicio iti- prácticamente sin entidad. El texto
más interesante es oiti, tanto por su gran semejanza con iti- como por el tipo
de inscripción y el soporte en que se grabó.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XV, n.º 5; Velaza 1991, 80 n.º 285;
Cura 1993, 222; Panosa 1993, 213 n.º 22.6; Silgo 1994, 175; Panosa 1999,
300 n.º 57.6; Rodríguez 2004, 220.
5. (Fig. 8) Ref.: MLH *C.34.5 = BDH B.12.8. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S-466. Sigla antigua: S-B11-5. Procede de
la cata S.
Soporte: Ánfora itálica de pasta vesubiana Dressel 1C. La pieza es bastante
estilizada, presentando un cuerpo fusiforme y el cuello alto. El borde es recto
con el labio triangular alto (5,7 cm). La pieza presenta un diámetro del borde
de 14 cm; un diámetro de los hombros de 23,8 cm, y una altura total de
93,45 cm. La pasta es de color castaño-rosado no muy oscuro y presenta el
característico desgrasante volcánico de color negro, junto con partículas de
mica. La superficie exterior está cubierta por una densa capa de engobe de
color ocre claro. En la actualidad la pieza se encuentra restaurada.
Cronología: El ánfora Dr. 1C aparece un poco antes del 100 a.E. y perdura a
lo largo de todo el siglo I a.E. (Py 2001; Pascual y Ribera 2013, 250).
————
24
No incluimos aquí el resto de ejemplos en los que se puede aislar un segmento iti
(itiŕokankeŕ[---], MLH *C.0.4,B-1 = BDH SP.1.1,B-1; idiŕogedetan, MLH *C.1.24,B-3 = BDH
GI.10.11,B-3; banitiŕadan, MLH *C.1.24,A-2 y B-2 = BDH GI.10.11, A-2 y B-2 [lectura de
Ferrer 2006, 135 n. 11]; [---]banitiŕatan[---], BDH PYO.1.21,1 [nueva lectura]) porque se
trata de formas unánimemente consideradas verbales y en donde iti sería posiblemente un
morfo o una amalgama de morfos (cf. Ferrer 2006, 153-154; Ferrer et al. 2009, 120-121;
Ferrer 2014, 25 y ss.), función muy poco probable para el esgrafiado de Sigarra. También los
mencionados itigodesun e itikereuteti podrían ser verbos si tenemos en cuenta su complejidad morfológica, pero no presentan los sufijos verbales más habituales.
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Fig. 8. Ánfora Dressel 1C (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Inscripción: El ánfora presenta dos esgrafiados post coctionem, uno encima
del otro, en la parte media del cuello, entre las asas. El inferior es un texto en
semisilabario nororiental compuesto por cinco signos de 1,2-2,4 cm de altura,25 siendo el primero y el tercero el doble de altos que los otros tres; la longitud total de la inscripción es de 6,8 cm. Parte del engobe ha saltado en esa
zona, tanto por el desgaste del recipiente como por efecto de las propias incisiones, pero los grafemas pueden identificarse sin dificultades. El esgrafiado
superior, situado encima del cuarto signo de la primera inscripción, presenta
un único signo ibérico o bien una marca ágrafa; su altura alcanza los 4,2 cm
————
25
298
De acuerdo con Panosa 1993, 214, 0,9-2,9 cm.
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Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
y tiene una longitud de 2,8 cm; sus trazos son más anchos y profundos que
los del otro esgrafiado. La enorme diferencia de módulo y los paralelos para
el primer texto permiten sostener que se trata, con toda seguridad, de epígrafes independientes.
Texto:
a) alauke
b) ti o marca
alaltita Velaza; a) ti / b) alauke o alautike Panosa.26
Comentario paleográfico: Los signos del primer texto son a1-b (dos veces),
l1, u1 (el vástago vertical no llega a tocar el vértice, lo cual descarta u3) y
ke1. El segundo esgrafiado estaría integrado por ti4 o por un tridente.
Comentario léxico: La forma alauke es la misma que proporciona un esgrafiado ibérico sobre un borde de vaso de cerámica gris de Ruscino (MLH
B.8.18 = BDH PYO.1.18). Untermann (MLH II, 366) lee alauka[---] en detrimento de la lectura que propone Lafon (1965, 3), alauke[---], a nuestro juicio la correcta a la luz de la foto recientemente publicada por Rébé.27 Tanto
la inscripción sigarrense como la rosellonesa contendrían la adaptación del
28
NP galo Alaucos (notado, como es habitual en ibérico, a partir del vocati29
vo), que está atestiguado como marca de alfarero en un vaso campaniense
de Tarraco,30 en un ánfora tarentina de Montedoro (Sicilia)31 y en producciones de sigillata Gallica de Lezoux (Auvernia);32 como nombre de magis————
26
Hemos invertido el orden de Panosa porque, como en este caso no puede determinarse
qué texto fue escrito primero, nos ha parecido conveniente asignar una posición destacada al
de mayor entidad (que, por otro lado, es el único que no ofrece dudas en cuanto a su ibericidad).
27
Rébé, de Hoz y Orduña 2012, 240 n.º 5. También Gorrochategui en BDH (consulta:
13-06-2016) y Moncunill 2016, 65 se inclinan por la lectura alauke[---].
28
El primero en establecer la relación fue Lafon 1965, 3, que contaba con el mencionado texto de Ruscino. Objeciones a la interpretación gálica de los textos de Castell Rosselló y
Sigarra en Moncunill 2016, 65.
29
Correa 1993, 103-104; 1994, 269; Jordán 2008, 18-19; Stifter 2013, 53-55. Lo mismo
sucede en etrusco (gr. Π ίαμο > etr. Priumne, lat. Titus > etr. Tite) y en neopúnico (Adams
2004, 217-219).
30
CIL II 4970.15 = CVArr1 1613: Alaucus · Rul(l)i. La pieza ha sido expurgada del Corpus Vasorum Arretinorum en su segunda edición, pues obviamente no es aretina (CVArr2,
546). En base a este ejemplar tarraconense, Chelotti, Morizio y Silvestrini 1990, 83 n.º 66
desarrollan Al / Ruli, sello impreso en un pie de vajilla de mesa de Canosa di Puglia, como
Al(aucus) Rul(l)i, lo cual es muy plausible porque Alaucus es el único seruus conocido de los
Rullii cuyo nombre empieza por Al-.
31
EE VIII 242.2,1: Alaucus.
32
Hartley y Dickinson 2008, 111-112, s.u. Alaucus: Alauci ‘ma’(nu) o Alauci m(anu).
Se han encontrado ejemplares de estas estampillas —cuyos soportes se fechan entre 150-180
d.E.— en numerosos yacimientos de la Galia (CIL XIII 10010.75) y de Britania, en la panonia
Brigetio (CIL III 12014.108), en Viminacium (Moesia) y en Augusta Raurica (Germania Superior).
PalHisp 16
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Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
trado en monedas de los Haedui,33 y como cognomen de liberto en un epitafio narbonense34 y en sendas lápidas de la ciudad umbra de Spoletium35 y de
Praeneste.36 Su forma femenina Alauca se documenta, como nomen de liberta, en una inscripción funeraria altoimperial de Colonia Patricia, publicada
en 2014,37 y tal vez sea Allaugana, en una estela hallada en Aguilar de Campoo (Palencia), un derivado de Alauca, como sostuvo ya Luján (HEp 9, 1999,
155) en 2003 —si bien tomando como base, en parte, la lectura untermanniana del mencionado esgrafiado rosellonés (MLH B.8.18 = BDH
38
PYO.1.18). Nuestro alauke pudo haber sido un intermediario del sur de la
Galia que participó en la comercialización del ánfora, aunque no es totalmente descartable la presencia de galos en la propia Sigarra; paleográficamente no hay forma de saber en qué lugar se llevó a cabo el esgrafiado,
puesto que las variantes utilizadas de los signos son las clásicas.
Por lo que respecta al otro esgrafiado del recipiente, dentro del ámbito
ibérico tenemos marcas con forma de tridente en un escifo ático de Ullastret
(MLH C.2.39,B = BDH GI.15.41,B, ti7), dos piezas de campaniense A tardía
de la Torre dels Encantats (Garcés 2013a, 34 n.os 3957 y 10681, ti4), un
pondus de plomo de Can Modolell (MLH C.7.8 = BDH B.44.21,B, ti1), un
fragmento de ánfora púnica centro-mediterránea de Ca n’Oliver (Francès,
Velaza y Moncunill 2008, 221 n.º 3.5, ti4 ante cocturam), un vaso ibérico de
Olèrdola (Rodríguez 2009, 586-587 n.º 1942, ti4), un fragmento de cerámica
común ibérica de la misma Sigarra (uid. infra, n.º 12), un tapón de campaniense B de Guissona (Pera 2003, 242 n.º 27, ti4), una pátera de campaniense B de Els Cortals de Cervera (Lafuente y López 1987, 28, lám. 3 n.º 1, ti4),
un cuenco de campaniense B de Azaila (MLH E.1.282,B, ti2), una pequeña
olla ibérica de Alloza (MLH E.4.6,B y C, ti1) y un mortero de dediles de La
Cabañeta (Díaz y Mínguez 2011, 63-65 n.º 14, ti2), entre otros.39 No todas
estas marcas pueden interpretarse de forma conjunta, siendo prueba de ello
el esgrafiado de Ca n’Oliver, que al haberse practicado antes de la cocción
tiene que ser púnico; en cambio, sí parece que podemos movernos con algo
————
33
RIG IV 16-17: Alaucos, con la terminación propiamente céltica y sin que se haya producido el cierre de la vocal final, que debe achacarse a la latinización del NP.
34
CIL XII 4801,1-2: ̣(itus) · Fadị[s] / T(iti) · l(ibertus) · Alauc[us].
35
CIL XI 4771,7 = CIL I2 2108,7 (= I 1406): L(ucius) · Magni(us) · L(uci) · l(ibertus) ·
Alaucus.
36
CIL XIV 3369,4: L(ucius) · Plotinus · L(uci) l(ibertus) Alauc̣[s]. En cuanto a las apariciones de Alaucus en la epigrafía antigua y a su adscripción al ámbito céltico, poco hay que
añadir a los datos aportados por Holder 1896, 75 y Diehl ( ThLL I, 1482) en sus respectivas
entradas.
37
Ordóñez 2014, l. 3: Licinia · Sex(ti) · l(iberta) · Alauca.
38
HEp 9, 1999, n.º 468, ll. 2-3: Allaugan/a. Aun descartando la inscripción de Ruscino y
antes de que se diera a conocer el testimonio cordubense, la existencia de un hipotético
*Alauca hubiera sido igualmente defendible por feminización del NP masculino.
39
Con dudas de lectura, también en un ánfora de Elna (Cura 1986, 207 n.º 4.4, ti4 con
un trazo adicional que conecta los extremos de los brazos exteriores).
300
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
de seguridad en el caso de los epígrafes encontrados sobre piezas de factura
indígena o junto a otro texto de adscripción lingüística segura, como en el
ejemplar sigarrense que nos ocupa. En cuanto a la interpretación de la marca
ti, Díaz y Mínguez 2011, 65 proponen que sea un numeral —puesto que uno
de los proyectiles de catapulta con numerales hallados en Calagurris lleva
este signo—,40 pero la mayoría de las veces podría tratarse de una simple
indicación comercial.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XXV, n.º 2; Velaza 1991, 29 n.º 30;
Cura 1993, 222; Panosa 1993, 214 n.º 22.7; Silgo 1994, 35; Panosa 1999,
300-301 n.º 57.7; Luján en HEp 9, 1999 (2003), 155; Rodríguez 2004, 220;
de Hoz 2005, 79; Moncunill 2010, 44; de Hoz 2011, 173; Ferrer 2013a, 123,
135; Moncunill 2016, 65.
6. (Fig. 9) Ref.: MLH *C.34.6 = BDH B.12.6. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S-275. Sigla antigua: S-645. Procede de la
cata S.
Soporte: Fragmento de base de una copa de barniz negro de Cales de la forma Lamb. 1. La pieza presenta el pie característico para esta forma: anular,
ligeramente exvasado y de sección triangular. La pasta es de color castaño
clara y presenta algunas vacuolas. La pieza tiene un diámetro interno de la
base de 8,5 cm, y un grosor de pared de 0,8 cm en la zona del fondo. El barniz es negro mate y se ha perdido en la parte inferior del pie, posiblemente
debido al desgaste de la pieza, así como en torno al primer esgrafiado. En la
parte inferior se observan abundantes manchas amarronadas y algunas zonas
sin barnizar, que cabría atribuir a defectos de fabricación. Presenta decoración incisa a base de tres círculos concéntricos sobre el fondo interno del
vaso.
Cronología: La copa Lamb. 1 aparece a finales del tercer cuarto del siglo II
a.E. y perdura hasta el último cuarto del siglo I a.E., siendo una de las formas
predominantes en la fase tardía de la producción calena (90/80-40/20 a.E.)
(Principal 2005, 54; Principal y Ribera 2013, 100).
Inscripción: Dos esgrafiados post coctionem, en signario ibérico nororiental,
sobre la parte inferior de la base. El primero (A) se encuentra junto al círculo
interior del pie y es sin duda monolítero: a pesar del desprendimiento del
barniz en el espacio que sigue al esgrafiado, no hay indicios de la existencia
de ningún otro elemento gráfico; lo único que se aprecia es una incisión accidental producto de la energía con que se practicó el trazo horizontal del
signo, mucho más profundo que los verticales. La letra tiene una altura de 1
cm y una longitud de 0,4 cm. En cuanto al esgrafiado B, situado a poco más
de un centímetro del primero y con una diferencia de orientación de casi 90º,
podría ser también monolítero, porque, tal y como se observa en el dibujo
————
40
Cinca, Ramírez y Velaza 2003, 267 n.º 30.
PalHisp 16
301
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
(fig. 9), la presencia de más signos hubiera dejado algún rastro en la parte
conservada de la base. La letra, realizada con trazos bien marcados y bastante cuidados, mide 1,7 cm de alto por 0,5 cm de largo. Panosa 1993, 210, aun
admitiendo que puedan ser marcas independientes, considera en primera
instancia que ambas inscripciones constituyen el principio de un solo texto,
opción que puede desecharse por la notable diferencia de módulo entre los
dos signos y por su distinta orientación.
Texto:
a) o
b) a
oa[---] o a) o / b) a[---] Panosa.
Comentario paleográfico: El signo del texto A es o1; el de B, a1-a. En ambos casos se trata de los alógrafos clásicos.
Comentario léxico: El signo levantino o se encuentra como esgrafiado monolítero en un asa de ánfora ibérica de Can Bordoi y en una base de pátera de
campaniense B de Can Rossell (Panosa 1992, 64 n.os 12-13), en un pondus
del Castell de Montclús (Panosa 1992, 70-71 n.º 41), en una base de pátera
de campaniense B-oide (MLH *D.5.13,A = BDH L.3.9,A)41 y en otro pie de
campaniense A tardía de Can Sotaterra (Cura 1985, 110 n.º St-16), en un
vaso de campaniense A y en un plato de campaniense B de Guissona (Pera
2003, 240 n.os 10 y 12), en un vaso de campaniense B-oide de El Molàs de
Verdú (Garcés 2006, 43-44 n.º 1.1), en un fragmento de campaniense B y en
otro plato campaniense del Cabezo de Alcalá (MLH E.1.241,A y E.1.280,A),
en una campaniense del Tiro de Cañón (Gasca y Fletcher 1990, 143 n.º 28.1)
y, por último, en un pondus de piedra del Puig de la Misericòrdia (Ferrer
2013c). Si bien se trata de una marca bastante común (de no ser por la cronología tardía de los soportes, podría incluso confundirse con una Η griega) y
tal vez sin valor grafemático, es necesario mencionar que o parece actuar en
ocasiones como abreviatura de otaŕ, unidad metrológica del llamado sistema
a-o-ki, sobre todo en plomos.42
En cuanto al segundo esgrafiado de la pieza, encontramos paralelos
para él en cerámicas campanienses (MLH B.1.83,A = BDH HER.2.83,A, a6a;43 MLH B.1.164,A = BDH HER.2.164,A, a5-a o a6-a) y en un fragmento de
ánfora de Ensérune (MLH B.1.328,B = BDH HER.2.328,B, a3), en un fragmento de jarrita gris monocroma de Elna (Cura 1986, 208 n.º 5.14, a6-a), en
un pie de copa de campaniense A de Olèrdola (Rodríguez 2009, 586-587 n.º
1524, a2-a), en un fragmento de cerámica calena de la propia Sigarra (uid.
————
41
Lectura de Panosa 2005, 1057-1058 n.º 4.4; su editor (Cura 1985, 110 n.º St-18) lee om.
MLH C.0.2,B-1 = BDH T.0.2,B-1; MLH *C.21.10,2 = BDH T.7.3,2; BDH L.1.3,B.c-3
(Camañes et al. 2010); MLH F.9.3,2; MLH F.9.8,5; Casinos B-3 (Ferrer y Escrivà 2014); MLH
G.0.1,A-1 y B-4; MLH G.7.2,B; MLH G.1.6; MLH H.9.1. También para la marca del peso de
piedra del Puig de la Misericòrdia propone su editor (Ferrer 2013c) esta interpretación.
43
Equivale al signo a4-a de Rodríguez 2004, 115.
42
302
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
infra, n.º 11), en tres cerámicas de campaniense B (MLH E.1.80, a2-a; MLH
E.1.212,A, pieza no localizada y sin dibujo; MLH E.1.281,B, a2-a) y en un
pondus del Cabezo de Alcalá (MLH E.1.385,B, a1-b), en un peso del Masico
de Ponz (Gasca y Fletcher 1990, 136 n.º 1, a2-a), en un fragmento de sello
sobre pondus del Tiro de Cañón (Gasca y Fletcher 1990, 136 n.º 2, a2-a), en
un fondo de campaniense A del Tossal de Sant Miquel de Llíria (Bonet y
Mata 1989, 136 n.º CV, a1-a) y en un disco de plomo de Los Villares (MLH
44
F.17.4,B-b). Cabe recordar el empleo de a dentro del sistema metrológico
ibérico a-o-ki,45 aunque no parece que sea ésta la interpretación más adecuada para el esgrafiado sigarrense: es más probable que se trate de un signo
comercial, de una abreviatura de propiedad o de algún otro tipo de marca.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 8; Panosa 1993, 210 n.º 22.1;
1999, 300 n.º 57.1; Moncunill 2007, 256.
7. (Fig. 10) Ref.: BDH B.12.7. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de
Rei. Sigla: SIK-A1-5. Sigla antigua: A1-635. Procede de la cata A1.
Soporte: Fragmento informe próximo a la base de una pieza abierta de barniz
negro de Cales de forma indeterminada. El fragmento mide 6,1 de ancho por
3 cm de alto, y presenta un grosor de entre 0,5 y 1 cm. La pasta es de color
beige-rosado, dura, compacta y bien depurada. El barniz es de aspecto bastante rugoso, de color negro mate y con buena adherencia; presenta algunas
manchas marrones que podrían ser accidentales. En la superficie exterior se
observan marcas del torno. El fragmento presenta decoración en la parte
interna a base de un círculo concéntrico, si bien no se puede descartar que
tuviera otros elementos complementarios, ya que la pieza está fragmentada
precisamente por esta parte.
Cronología: Al tratarse de un fragmento informe debemos señalar como
marco cronológico posible las fases antigua, media y tardía de la producción
calena, que cubre una horquilla entre el 200 y el 40/20 a.E. (Principal y Ribera 2013, 76).
————
44
Amén de otras piezas del propio Cabezo de Alcalá que plantean problemas de lectura:
MLH E.1.124,B, a7 o r2-b; MLH E.1.222,B, a o r o tu; MLH E.1.280,C, a o ka o marca ágrafa;
MLH E.1.435,B, a o r o tu.
45
MLH F.9.3,2; MLH F.9.8,1; Casinos A-1 y B-3 (Ferrer y Escrivà 2014); MLH F.13.2,D;
La Carència 2 (Velaza 2013); MLH G.0.1,B-4; MLH G.7.2,B; MLH G.1.6,A-1 y B-4; MLH H.9.1.
PalHisp 16
303
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
Fig. 9. Fragmento de copa de barniz negro de Cales (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 10. Fragmento de barniz negro de Cales (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 11. Fragmento de ánfora itálica (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
304
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Inscripción: Esgrafiado post coctionem, posiblemente incompleto por la
izquierda, en la pared exterior. Las incisiones son rectas y bien definidas a
excepción del tercer trazo del último signo, que es menos grueso y en cuyo
tramo final no consiguió arrancar del todo el barniz de la cerámica. La longitud actual de la inscripción es de 1,7 cm; el único signo propiamente dicho
que se conserva tiene una altura de 2,4 cm.46
Texto:
[---]-s
[---]-s Panosa.
Comentario paleográfico: Se observa un guión y el signo ibérico s1-b (s1 de
Rodríguez 2004, 131-132).
Comentario léxico: Secuencia no valorable. Nótese el empleo de un guión,
que aparece para integrar expresiones numéricas en los tres primeros plomos
del Pico de los Ajos.47
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 4; Panosa 1993, 210-211 n.º
22.2; 1999, 300 n.º 57.2.
8. (Fig. 11) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIK-S465. Sigla antigua: S-646b. Procede de la cata S.
Soporte: Fragmento informe de un ánfora itálica de pasta vesubiana. El
fragmento mide 3,7 cm de alto; 5 cm de ancho, y 1,2 cm de grosor. La pasta
es de color castaño claro, de aspecto muy rugoso y presenta el característico
desgrasante volcánico de color negro. La cara exterior de la pieza está cubierta por una capa de engobe blanco, denso y espeso.
Cronología: Al tratarse de un fragmento informe no es posible precisar su
cronología.
Inscripción: Se observa un signo realizado post coctionem, con incisiones
muy gruesas y profundas, sobre la pared exterior de la cerámica. Tal vez se
trate de un esgrafiado monolítero, porque, a pesar de que la fractura envuelve los trazos y, por lo tanto, no es imposible que hubiera más letras detrás o
delante, las dimensiones del signo (2,8 cm de alto por 4,1 cm de largo) se
aproximan a lo que esperamos en una marca.
Comentario: El signo podría ser una ś3 ibérica, aunque su forma recuerda
más a una M latina. En el primer caso, los paralelos que podríamos traer a
colación son un fragmento de ánfora de Pech Maho (MLH B.7.30 = BDH
AUD.5.30, ś1), una fusayola troncocónica de la Era del Tigó (Garcés 2013b,
490-491 n.º 3, ś3), tres píxides calenas de Guissona (Pera 2003, 238-239 n.os
————
46
47
2,9 cm según Panosa 1993, 210.
MLH F.20.1,A.II-10, F.20.2,B y F.20.3,A.I.b-2.
PalHisp 16
305
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
1-3, ś1) y un soporte de lámpara de cerámica indígena del Cabezo de Alcalá (MLH E.1.18,A, ś3).
48
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 1.
9. (Fig. 12) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKA1-6. Sigla antigua: A1-643. Procede de la cata A1.
Soporte: Fragmento de borde y parte del cuello de una jarra de cerámica
oxidada con engobe blanco de la forma Morán 1100 (Morán y Payà 2007,
216, lám. 2.8). La pieza presenta un diámetro interno de boca de 13 cm y se
conserva en 4,4 cm de altura. La pasta es de color beige-rosado y tiene pequeñas inclusiones de color blanco y algunos poros pequeños. El engobe,
muy denso y de color blanco, se observa solamente en una pequeña porción
debajo del borde.
Cronología: Una pieza similar localizada en Ilerda se fechó por el contexto
en la horquilla entre el 80 y el 50 a.E. (Morán y Payà 2007, 205).
Inscripción: Esgrafiado ante coctionem en la pared exterior de la jarra, cerca
del borde. La rotura del fragmento ha afectado al trazo izquierdo del único
signo conservado y ha perdido irremediablemente su parte inferior, que es la
que habría permitido verificar con seguridad a qué signo ibérico corresponde. Con todo, parece que estamos de nuevo frente a un esgrafiado monolítero, máxime si tenemos en cuenta su realización antes de la cocción y sus
dimensiones: una altura conservada de 1,6 cm y una longitud de 2,7 cm. Los
trazos son profundos y anchos, un hecho habitual en este tipo de marcas.
Comentario: Sin que ello implique un valor fonético, el signo puede ser ti
(del tipo 4 ó 5) o bien to2, como en el n.º 16. Véanse los n.os 5b y 13.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 2.
10. (Fig. 13) Ref.: BDH B.12.4. Museu Municipal Josep Castellà dels Prats
de Rei. Sigla: SIK-A1-3. Sigla antigua: A1-637. Procede de la cata A1.
Soporte: Fragmento informe próximo a la base de una pieza abierta de cerámica campaniense A. El fragmento mide 9 cm de ancho por 2 cm de alto, y
presenta un grosor desigual de entre 0,8 y 1,4 cm. La pasta es de arcilla de
color rojo-marrón, porosa, con alguna vacuola y partículas de mica. El barniz es azulado y presenta algunas iridiscencias con reflejos metálicos y una
franja marrón en el extremo del fragmento; en general se encuentra en mal
estado. El distinto grosor del fragmento y la presencia de dicha marca marrón, que podría ser la de los discos de apilamiento, nos hacen considerar que
se trata de un fragmento próximo a la base.
————
48
El primero de estos monolíteros acompaña la inscripción ibérica MLH *D.15.2 = BDH
L.18.8.
306
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Fig. 12. Borde de jarra de engobe blanco (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 13 (izq.). Fragmento de campaniense A (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar). Fig. 14
(der.). Fragmento de barniz negro de Cales (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Cronología: Al ser un fragmento informe no es posible precisar su cronología más allá de la aportada por la producción, predominante en la Península
Ibérica a lo largo del siglo II a.E. (Principal y Ribera 2013).
Inscripción: Dos signos esgrafiados post coctionem en la pared exterior del
fragmento. Su factura no es especialmente cuidada, puesto que las incisiones
no siguen una caja de escritura, tienden a curvarse y presentan una profundidad irregular que, en los momentos más extremos, ha provocado que saltara
el barniz y parte de la cerámica adyacente hasta el punto de unir involuntariamente los trazos. La inscripción tiene una longitud de 2,2 cm y la altura de
los signos va de 1,2 a 1,7 cm.
Texto:
taba o XI
Comentario paleográfico: Los signos son ta1 y ba1 o bien un numeral romano. El ductus, a su vez, hace improbable una lectura en sentido inverso
bata o IX.
Comentario léxico: El esgrafiado podría ser ibérico o latino. Un problema
parecido de adscripción lingüística presentan cuatro instrumenta inscripta
para los que se pueden proponer las lecturas taba, bata, XI o IX: dos piezas
de cerámica campaniense de Azaila (MLH E.1.82,A y E.1.83), una fusayola
del mismo yacimiento (MLH E.1.449) y un fragmento de cerámica común
PalHisp 16
307
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
ibérica oxidada de Ca n’Oliver (BDH B.20.15,49 inscripción tal vez completa
a despecho de que la fractura está muy cerca del texto). Si fueran signos
ibéricos, la inscripción sigarrense podría decantarnos hacia una lectura taba,50 que cuenta con los paralelos tabaiben (MLH F.20.2,B-10, plomo) y
taban (MLH F.20.3,B.II-5, plomo) (Panosa 1993, 212);51 el hecho de que no
coincida con ningún formante antroponímico y presente un índice de aparición notable podría estar apuntando hacia un apelativo (¿abreviado?), tal vez
de cosa cuantificada (tabaiben aparece junto a numerales en MLH F.20.2, a
pesar de que su relación con taba no es ni mucho menos segura). Si, por el
contrario, se tratara de esgrafiados latinos, en el epígrafe de Sigarra tendríamos el numeral ‘once’, y en el resto de casos cabría la doble posibilidad
‘once’ o ‘nueve’. Por último, no podemos descartar que sean marcas anepigráficas, dada la simplicidad morfológica de los signos empleados. La cronología tardía de los soportes y el hecho de que el mismo grafito aparezca
también sobre terra sigillata52 hacen que debamos ser cautelosos sobre la
posibilidad de incluir estos materiales en el corpus ibérico.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 5.
11. (Fig. 14) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKA1-4. Sigla antigua: A1-636. Procede de la cata A1.
Soporte: Fragmento informe próximo a la base de una pieza abierta de barniz
negro de Cales de forma indeterminada. El fragmento mide 7 de ancho por
4,5 de alto, y presenta un grosor desigual de entre 0,7 y 1,3 cm. La pasta es
de color beige, muy dura, bien depurada y compacta, con algunas inclusiones de mica. El barniz es de color negro mate, de aspecto rugoso y bien adherido. En la parte exterior cercana a la base se observan manchas marrones,
que podrían ser huellas digitales producidas al aplicar el barniz por inmersión. Presenta decoración a base de dos círculos concéntricos y de dos franjas de estrías a ruedecilla que enmarcan el fondo interno de la pieza. Las
estrías son líneas cortas y están orientadas de manera uniforme.
————
49
Francès, Velaza y Moncunill 2008, 225 n.º 3.17.
De todos modos, habría que revisar las demás inscripciones para determinar si el ductus ofrece alguna pista en una u otra dirección. En el caso del esgrafiado de Ca n’Oliver, por
ejemplo, a partir de la foto publicada por sus editores (Francès, Velaza y Moncunill 2008, 238
fig. 17), la lectura correcta parece más bien [---]bata[---] o [---]IX[---].
51
Para taban, Panosa trae también a colación la barra de plomo de la Torre dels Encantats (MLH C.6.2,A), pero según las informaciones facilitadas por Joan Ferrer, quien pudo
inspeccionar la pieza en 2002, parece que los trazos que se observan son adventicios y no
forman ninguna inscripción.
52
Por ejemplo en la pared exterior de un borde de terra sigillata Hispanica hallado en el
Portal de Magdalena de Lleida (Pérez 1990, 93 n.º 609): IX.
50
308
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
Cronología: La forma de las estrías de las franjas decorativas son propias de
la variante antigua de la producción calena, datada entre el 200 y el 130-120
a.E. (Principal y Ribera 2013, 86).
Inscripción: Esgrafiado monolítero en signario ibérico nororiental sobre la
pared exterior de la pieza, orientado hacia el pie y grabado post coctionem de
forma enérgica y cuidada. El signo mide 0,9 cm de altura por 0,4 cm de longitud.
Comentario: El signo es a1-b. Vid. supra, n.º 6b.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 6.
12. (Fig. 15) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKH-3. Sigla antigua: H-648. Procede de la cata H.
Soporte: Fragmento informe de una pieza de cerámica común ibérica. Atendiendo a la verticalidad de la pared, podría tratarse de un cálato o un vaso
calatoide. El fragmento mide 9,3 de ancho por 8,7 de alto y presenta un grosor de pared de c. 0,7 cm. La pasta es de color beige oscuro-naranja, dura,
compacta y bien depurada. Se aprecian minúsculos fragmentos de desgrasante de color blanco. La superficie exterior es irregular, observándose distintas
marcas que podrían corresponder al alisado de la pieza una vez terminado su
torneado.
Cronología: Debemos fijar para esta pieza, en caso de considerar que se trata
de un cálato o vaso calatoide, la misma cronología que para la pieza 1, es
decir, una horquilla comprendida entre el último cuarto siglo III y el siglo I
a.E. (Bonet y Mata 2008, 153).
Inscripción: Marca monolítera esgrafiada post coctionem en la pared exterior
del vaso. La rotura se ha llevado alrededor de la mitad del trazo izquierdo y
una porción indeterminable (no demasiado considerable, en todo caso) de la
parte superior de los otros dos. Las incisiones, realizadas con un instrumento
muy fino, son bastante rectas y firmes, lo cual es sorprendente habida cuenta
de su longitud. El signo tiene unas dimensiones conservadas de 4,7 por 1,7
cm.
Comentario: La marca corresponde al signo ibérico ti2-a (uid. supra, n.º 5b),
con la particularidad de que carece del trazo horizontal. Esta rareza paleográfica se documenta también en el ti1-a de un fragmento de cerámica ibérica
del Tossal de les Tenalles (MLH *D.7.3 = BDH L.14.2).
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 7.
PalHisp 16
309
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
Fig. 15. Fragmento de vaso calatoide (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 16. Borde de jarra de engobe blanco (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 17. Base de campaniense A (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
310
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
13. (Fig. 16) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKA1-7. Sigla antigua: A1-644. Procede de la cata A1.
Soporte: Fragmento de borde y parte del cuello de una jarra de cerámica
oxidada con engobe blanco de la forma Morán 1100 (Morán y Payà 2007,
216, lám. 2.8). La pieza presenta un diámetro interno de boca de 12,6 cm y
se conserva en 6,3 cm de altura. La pasta es de color beige-rosado, poco
depurada y presenta inclusiones medianas de color negro y gris. Se observan
también algunas inclusiones muy pequeñas de color blanco y algunos poros.
El engobe es de color blanco, muy bien adherido, aunque en parte de la superficie se encuentra desaparecido, probablemente debido al desgaste por el
uso.
Cronología: Una pieza similar localizada en Ilerda se fechó por el contexto
en la horquilla entre el 80 y el 50 a.E. (Morán y Payà 2007, 205).
Inscripción: Signo esgrafiado post coctionem en la pared exterior de la jarra,
exactamente debajo del borde, y efectuado con gran torpeza: los trazos son
un tanto irregulares y trémulos, el horizontal es el doble de largo de lo que
debería, y los dos verticales de la derecha están muy juntos y excesivamente
separados del de la izquierda. La altura del signo es de 2,9 cm; su longitud,
sin tener en cuenta la parte sobrante del trazo horizontal, de 1,6 cm.
Comentario: El signo es to1. Para esta marca se pueden aducir unos pocos
comparanda del área ibérica: un vaso ático de Ensérune (MLH B.1.83,B =
BDH HER.2.83,B), una jarrita bicónica de cerámica gris de la costa catalana
de Castellruf (Panosa 1992, 69 n.º 31), una taza campaniense del Cabezo del
Moro y un fragmento de cerámica del Masico de Ponz (Gasca y Fletcher
1990, 140 n.º 16-17).53 Díaz y Mínguez 2011, 61 plantean la posibilidad de
que el signo to sea un numeral, que es la función que parece tener en el
reverso del plomo de Énguera (MLH F.21.1,B-1), pero es arriesgado generalizar: como acontece a menudo y sobre todo en cerámica, quizá se trate simplemente de una marca comercial.
Bibliografía: Castellà et al. 1986, lám. XII, n.º 9.
14. (Fig. 17) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKS-124. Procede de la cata S.
Soporte: Fragmento de base de una pieza abierta de cerámica campaniense
A. El fragmento presenta un diámetro interno de la base de 8,4 cm y se con-
serva en una altura de 3 cm. La pasta es de color rojo-marrón, porosa, con
alguna vacuola, de aspecto granulado y tacto áspero. El barniz es muy heterogéneo, combinando zonas de color azulado oscuro con otras de color ma————
53
. Más dudosos, aunque también dignos de mención, son una base de cerámica griega
de Ullastret (MLH C.2.14,B = BDH CI.15.23,B, to o to+) y un vaso de paredes finas de La
Cabañeta (Díaz y Mínguez 2011, 60-61 n.º 10, to[---]).
PalHisp 16
311
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
rrón, estas últimas especialmente en el círculo interior del pie. Algunas de
las manchas en el anillo exterior podrían corresponder a huellas dactilares.
No se observa barniz en la base del pie, sea por desgaste o porque se reservó
en su aplicación. La pieza presenta decoración simple a base de un círculo
inciso en la parte interior del fondo.
Cronología: Aunque no es posible asegurarlo, la mala calidad de la pasta y
del barniz, junto con la forma rectangular de la base, apuntarían a que se
trata de un ejemplar de la variante tardía de la producción napolitana, situándose en la horquilla c. 100-40 a.E. (Principal y Ribera 2013, 115).
Inscripción: Un aspa esgrafiada post coctionem en el círculo interior del pie,
con trazos de desigual longitud y grosor. El signo mide 1,9 por 1,4 cm.
Comentario: La marca es ta1, un numeral romano (X) o bien la cruz de San
Andrés que se documenta en multitud de cerámicas de todo el Mediterráneo
con una función que, en general, presumimos comercial, a despecho de que
su presencia en pesas de telar podría indicar también un numeral. La siguiente lista de paralelos del mundo ibérico, sin ser exhaustiva, intenta dar cuenta
de esta abundancia de apariciones: un ánfora greco-itálica de Pech Maho
(BDH AUD.5.42,B); un fragmento de cuenco de cerámica gris rosellonesa de
Ruscino (MLH B.8.13,B = BDH PYO.1.13,B); un asa de ánfora republicana de
Elne (Cura 1986, 207 n.º 4.2); dos bases de vasija ática de Ullastret (MLH
C.2.28,C y C.2.45,B = BDH GI.15.29,C y GI.15.30,B); un cuenco de cerámica
gris emporitana, dos ánforas ibéricas y un escifo ático de Sant Julià de Ramis
(Burch et al. 2001, 147-152, n.os 2, 6, 20 y 25); un cuenco de campaniense A
tardía y dos vasos de barniz negro perdidos de la Torre dels Encantats (Garcés 2013a, 34 n.º 10352, AL 71A = MT 9 y AL 86A = MT 22); una pesa de
plomo de Can Modolell (MLH C.7.8,A y D = BDH B.44.21,A y D); del Vallès
Oriental (Panosa 1992), dos pondera y un fragmento de cerámica ibérica
común de Can Vedell (n.os 1-3), una pesa de telar del Pla de Rifanyes (n.º 7),
un pondus de procedencia desconocida (n.º 8), una base de escifo ático y dos
asas de ánfora ibérica del Turó del Vent (n.os 18-20), una piedra de coral rojo
y una jarrita bicónica de cerámica gris de la costa catalana de Castellruf (n.os
30-31), un pondus y un cuenco de cerámica gris de la costa catalana del Bosc
Gran (n.os 32-33), una pátera de campaniense A de Can Record (n.º 34), cinco pondera del Castell de Montclús (n.os 35-38 y 40), y una pesa de telar de
Can Puig (n.º 44); una pátera de campaniense B de Boades (MLH *C.33.4,B
= BDH B.14.2,B); un ánfora ibérica y un cuenco de cerámica común romana
de Olèrdola (Rodríguez 2009, 586-587 n.os 1999 y 1964); dos asas de vaso
ibérico de La Fogonussa (Garcés y Torres 2011, 49-51); un fragmento de
vasija ibérica (MLH E.1.8,B), cuatro páteras de campaniense A tardía (MLH
E.1.40,A, E.1.142,C, E.1.145,A y E.1.245,B), un ánfora itálica (MLH
E.1.311,A) y una pesa del Cabezo de Alcalá (MLH E.1.436,B); un plato campaniense (MLH E.12.1,B) y un pondus del Tiro de Cañón (Gasca y Fletcher
1990, 139 n.º 14); un disco de plomo de Los Villares (MLH F.17.4,A.b y
312
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
B.c), y un borde de ánfora (Carrasco y Velaza 2011, n.º 4 = Fernández y
Luján 2013, n.º 11), cuatro fragmentos cerámicos, un borde de dolium y un
cuenco de barniz rojo de Alarcos (Fernández y Luján 2013, n.os 3-4, 13, 16, 8
y 32).
Bibliografía: Inédito.
15. (Fig. 18) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla: SIKS-136. Procede de la cata S.
Soporte: Fragmento informe de una pieza de cerámica campaniense A. El
fragmento mide 3,8 de ancho por 3 de alto, y presenta un grosor de 0,6 cm.
No es posible determinar si se trata de un punto próximo a la base. La pasta
es de color rojizo, dura, porosa, bien depurada y con algunas partículas de
mica. El barniz es negro mate con iridiscencias de color gris distribuidas de
forma heterogénea.
Cronología: Al tratarse de un fragmento informe sólo es posible aportar la
cronología proporcionada por la producción, que en la Península Ibérica es
predominante durante el siglo II a.E. (Principal y Ribera 2013).
Inscripción: Restos de un signo esgrafiado enérgicamente en la pared exterior de la cerámica. Sus dimensiones actuales son 2 por 1,8 cm.
Comentario: Ante la imposibilidad de determinar la orientación del signo a
partir del ductus, las opciones interpretativas son varias: podría ser el principio o el final de una secuencia en ibérico, caso en el que tendríamos un signo
ta1; el principio o el final de un numeral romano, esto es, X[---] o [---]X; o
bien una cruz de San Andrés como marca anepigráfica (uid. supra, n.º 14).
Bibliografía: Inédito.
16. (Fig. 19) Museu Municipal Josep Castellà dels Prats de Rei. Sigla:
MDP’13-106. Procede de la excavación de 2013 frente a la iglesia de la Mare
de Déu del Portal.
Soporte: Fragmento de borde de un ánfora ibérica. El diámetro interno del
borde es de 11 cm. La pasta es de color marrón claro, muy bien depurada y
compacta; el desgrasante, finísimo y de partículas blancas. Presenta una fina
película de color ligeramente más claro en la superficie externa, debido al
tratamiento de pulido a que fue sometida la pieza durante su elaboración.
Cronología: El fragmento no aporta una cronología precisa, si bien el estrato
de donde procede ha sido fechado en el último cuarto del siglo II a.E.
PalHisp 16
313
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
Fig. 18. Fragmento de campaniense A (dibujo: À. Pujol; foto: N. Salazar).
Fig. 19. Borde de ánfora ibérica (dibujo: N. Rafel y À. Pujol; foto: N. Salazar).
Inscripción: Esgrafiado post coctionem en la pared exterior de la pieza, prácticamente junto al borde. El fragmento conservado apenas nos permite vislumbrar la mitad superior de un signo, pero no parece que hubiera más por
ninguno de los dos lados; por otra parte, sus 2,3 cm de longitud y su altura
conservada de 2,2 cm apuntan hacia una marca monolítera. Los trazos son
finos, rectos y bastante cuidados; los golpes que se aprecian cabe atribuirlos
al correr de los años.
Comentario: La marca puede corresponder a los signos ti (del tipo 4 ó 5) o
to2, como en el n.º 9. Véanse, asimismo, los n.os 5b y 13.
Bibliografía: Inédito.
314
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
4. CONCLUSIONES
Hasta hoy Prats de Rei nos ha proporcionado un total de 16 epígrafes
sobre cerámica. De éstos, siete son indudablemente ibéricos (n.os 1, 3-7 y
11), mientras que dos podrían ser ibéricos o bien latinos (n.os 2 y 10). El
resto son marcas monolíteras compatibles con el semisilabario nororiental
pero, posiblemente, sin valor grafemático; de hecho, quizá algunas (n.os 8 y
14-15) ni tan siquiera sean paleohispánicas.
Los esgrafiados se encuentran principalmente sobre vajilla de mesa de
importación (56,25%) —casi por igual en campanienses de tipo A y en barniz negro de Cales (cuatro y cinco ejemplares, respectivamente)—, seguidas
por piezas de factura indígena (31,25%) y por ánforas itálicas (12,5%). Por
lo que respecta a las formas, entre las cerámicas de barniz negro se identifican dos platos (n.os 3-4), un cuenco (n.º 2) y una copa (n.º 6), siendo los demás fragmentos informes; las producciones autóctonas, en cambio, están
representadas por vasijas de almacenamiento: dos cálatos (n.os 1 y 12), dos
jarras de engobe blanco (n.os 9 y 13) y un ánfora (n.º 16).
En cuanto a la ubicación de los grafitos, en la vajilla se sitúan cerca de
la base o en el círculo interior del pie, en zonas poco visibles, mientras que
en los otros recipientes se ubican más a la vista, en la pared exterior junto al
borde o exactamente encima de él, como en el caso del cálato (n.º 1), mención aparte de la posición de los dos epígrafes de la Dressel 1C entre las asas
del ánfora. Todos los esgrafiados fueron realizados después de la cocción,
con la única excepción de la marca ante coctionem de la primera de las jarras
ibéricas (n.º 9).
Desde el punto de vista cronológico, el hecho de que casi todo el material proceda de los sondeos antiguos, en los que no se atendió a la estratigrafía, dificulta claramente su datación. Si dejamos a un lado las pocas que
podrían remontarse hasta el 225 a. E., la mayoría de las piezas esgrafiadas
pueden fecharse por tipología entre las postrimerías del siglo II y el último
cuarto del I a.E. No obstante, la revisión global de los materiales exhumados en los años setenta apunta hacia una facies importante del asentamiento
entre finales del siglo II y el primer tercio del I: atendiendo a la ausencia de
producciones propias del 75-50 a.E., es de suponer que la fase de ocupación que generó los epígrafes aquí recogidos no superó la tercera década de
la centuria. La paleografía, a pesar de ser coherente con esta cronología, no
nos sirve de gran ayuda como elemento de datación en los textos de Sigarra,
donde en general se utilizan las variantes clásicas de los signos; el alógrafo
de be empleado en el n.º 3 es el único relevante en ese sentido, aunque sólo
indica una fecha posterior al 150 a.E.
PalHisp 16
315
Víctor Sabaté Vidal, Àngels Pujol Camps y Natalia Salazar Ortiz
N.º
1
Soporte
Ibérica común
2
Cales
3
Cales
4
Camp. A
5
Ánfora itálica
6
Cales
7
8
Cales
Ánfora itálica
Ibérica con
engobe blanco
Camp. A
Cales
Ibérica común
Ibérica con
engobe blanco
Camp. A tardía
Camp. A
Ánfora ibérica
9
10
11
12
13
14
15
16
Forma
Cálato
Cuenco
(Lamb. 8a)
Plato
(Lamb. 5)
Plato
(Lamb. 5)
Ánfora
(Dressel 1C)
Copa
(Lamb. 1)
—
Ánfora
Jarra
(Morán 1100)
—
—
Vaso calatoide
Jarra
(Morán 1100)
—
—
Ánfora
Cronología
225/200-siglo I a.E.
Esgrafiado
ata
150-25 a.E.
ḿba o VI
150/100-40/20 a.E.
ube
175/150-50/40 a.E.
itiḿ
200-40/20 a.E.
—
a) alauke
b) ti o marca
a) o
b) a
[---]-s
śoM
80-50 a.E.
ti o to
Siglo II a.E.
200-130/120 a.E.
225/200-siglo I a.E.
taba o XI
a
ti
80-50 a.E.
to
100-40 a.E.
Siglo II a.E.
125-100 a.E.
ta o X o marca
ta o X o marca
ti o to
c. 100-25/1 a.E.
c. 125-40/20 a.E.
Cuadro 1. Esgrafiados sobre cerámica de Prats de Rei.
El contenido de los esgrafiados va desde las simples marcas de un solo
signo (la mitad del corpus) hasta textos con un poco más de entidad, bien
que siempre breves. Las primeras son difíciles de analizar no sólo por su
evidente laconismo, sino también por la imposibilidad en muchos casos de
adscribirlas a una tradición escrituraria determinada. El aspa (n.os 14 y 15),
por ejemplo, es uno de los motivos más recurrentes y coincide formalmente
tanto con el signo ta ibérico y el numeral romano X como con uno de los
alógrafos de la mem neopúnica, pero es evidente que la mayoría de las veces
no tiene valor grafemático. También el tridente (n.os 5b, 9, 12 y 16) es una
marca panmediterránea, encontrándose frecuentemente, sin ir más lejos, en
monedas romanas. Por el contrario, los epígrafes con el signo que corresponde a la a ibérica (n.os 6b y 11) son menos habituales y seguramente podemos clasificarlos como paleohispánicos, igual que ocurre con las piezas
que portan dos monolíteros compatibles con el semisilabario nororiental (n.º
6) o con aquellas de producción indígena (n.os 9, 12-13 y 16). La función de
estos esgrafiados, excepto en el caso del signo ante coctionem del n.º 9 (que
debe relacionarse con el proceso de fabricación de la jarra), es igualmente
316
PalHisp 16
Los esgrafiados sobre cerámica de Sigarra (Els Prats de Rei, Barcelona)
difícil de determinar, aunque suelen barajarse al menos tres posibilidades:
marca comercial, abreviatura de propiedad e indicación numeral.54
Las inscripciones con más de dos signos tampoco son, en algunos casos, de análisis sencillo, debido asimismo a su brevedad. Tal y como señala
Simón 2013a, 555-557, “en los primeros siglos de la epigrafía ibérica son
habituales los grafitos que recogen antropónimos completos, a veces seguidos de los correspondientes sufijos”, mientras que en los siglos II y I a.E. “se
hacen habituales los grafitos más escuetos”. El n.º 1 recoge un formante
antroponímico y es sin duda una abreviatura de propiedad, lo mismo seguramente que el n.º 3, con una secuencia ube menos transparente pero que
encontramos como texto único en una cerámica campaniense de Botorrita;
también alauke (n.º 5a) parece ser un NP, si bien del ámbito céltico. Por lo
que respecta a itiḿ (n.º 4), la falta de paralelos impide su interpretación, pero
podría tratarse de una palabra del léxico común. El n.º 7, aunque posiblemente incompleto, tiene su relevancia epigráfica por documentar el uso del
guión en un esgrafiado cerámico, lo que tal vez apunta hacia un numeral. Por
último, las otras dos inscripciones (n.os 2 y 10) documentan secuencias que
pueden leerse tanto en clave ibérica como latina.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto, Sigarra se configura, junto a
Iesso (Guissona), Can Sotaterra (Solsona) y Sant Miquel de Sorba (Montmajor) —con 14, 13 y 12 inscripciones ibéricas—, como uno de los principales
centros epigráficos de la Lacetania (fig. 1). El verdadero potencial del yacimiento, además, está seguramente por descubrir, ya que todos los documentos proceden de las tres catas arqueológicas excavadas en los años setenta, de
tamaño muy reducido en comparación con las dimensiones que suponemos
para el emplazamiento en época ibero-romana; es de esperar, pues, que la
epigrafía de Prats de Rei reserve todavía alguna grata sorpresa y siga aumentando a medida que se excave el subsuelo.
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54
Véase Panosa 1999, 168-172; de Hoz 2007, 36; Simón 2013a, 560-562.
PalHisp 16
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Víctor Sabaté Vidal
Universitat de Barcelona
correo-e: vsabatev@gmail.com
Àngels Pujol Camps
Associació GIRA
correo-e: angelspcamps@hotmail.com
Natalia Salazar Ortiz
Universitat de Lleida
correo-e: natalia.salazar@historia.udl.cat
Fecha de recepción del artículo: 01/07/2016
Fecha de aceptación del artículo: 19/10/2016
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